Prospectar la Sostenibilidad. Caso de Redes.
El paradigma de investigación que, desde los años 70, se conoce como Análisis de Redes Sociales se consolida en torno a los trabajos de Harrison C. White y sus discípulos en el Departamento de Sociología de Harvard. La aportación del grupo de Harvard es fundamental en varios aspectos. Por una parte, por la integración de una compleja genealogía de herramientas metodológicas y conceptuales, de análisis y representación, en un auténtico paradigma de investigación. Por otra, por su contribución, primero al desarrollo del Análisis de Redes Sociales como campo de estudio y, finalmente, a su institucionalización.
En términos generales, el Análisis de Redes Sociales como paradigma de investigación se construye en torno a las siguientes premisas:
- Los vínculos que unen a individuos y grupos en el seno de la sociedad tienen una significación estructural.
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Las redes constituidas por esos vínculos pueden describirse y analizarse empíricamente.
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La representación de las redes y el estudio de sus características estructurales puede hacerse efectiva a través del uso, por una parte, de herramientas gráficas y, por otra, de modelos matemáticos.
Los primeros trabajos de Kurt Lewin aparecieron en un texto de 1936, Principles of Topological Psychology, en el que proponía su tesis de que el comportamiento grupal debía verse como determinado por el campo de fuerzas sociales en el que el grupo estaba ubicado. Para Lewin, el grupo social existe en un “campo” (field), un “espacio social” en el que se halla el grupo y el entorno en el que se encuentra. Pero el entorno no es algo exclusivamente externo y extraño al grupo; el entorno que es relevante para el grupo es un entorno percibido.
El entorno percibido es lo que en términos de la tradición del interaccionismo simbólico se denomina “definición de la situación”, y son los miembros del grupo los que construyen su significado social a partir de su percepción y de su experiencia del contexto en el que actúan.
El grupo y su entorno son, por tanto, un elemento de un “campo de relaciones” único. Según Lewin, las propiedades estructurales de este espacio social pueden analizarse a través de los métodos matemáticos que aporta la topología y la teoría de conjuntos.
Así, dice Lewin, el propósito de la “teoría del campo” (field theory) es el análisis en términos matemáticos de la interdependencia entre el grupo y su entorno en un sistema de relaciones, un punto de vista que llevó a Lewin a desarrollos posteriores en el marco de la teoría general de sistemas.
En una aproximación topológica, el campo social está integrado por “puntos” (points) conectados por “caminos” (paths). Los puntos representan individuos, sus objetivos o sus acciones, y los caminos representan las secuencias interactivas o causales que los conectan.
El modelo de campo define, por tanto, interdependencias, causales o producto de la interacción, en las configuraciones sociales. Los caminos que van de unos puntos a otros los vinculan, y las pautas que describen esos caminos dividen un campo en una serie de “regiones”. Cada región está separada de las demás por la ausencia de caminos entre ellas.
Las oportunidades que los individuos tienen de moverse dentro de un campo social están determinadas por las fronteras que separan las diferentes regiones del campo en el que están ubicados.
Las constricciones impuestas por esas fronteras constituyen fuerzas que marcan, en definitiva, el comportamiento del grupo y el campo social se convierte, por tanto, en un campo de fuerzas que actúan sobre los miembros del grupo y modelan sus acciones y sus experiencias.
Para Cartwright y Harary, las estructuras sociales más complejas podían contemplarse como conjuntos de estructuras más sencillas. En particular, pensaban que la estructura básica era la triada, de manera que las propiedades de las estructuras más grandes pueden derivarse del análisis de las propiedades de esas estructuras básicas. Uno de los principales hallazgos de ese trabajo de Cartwright y Harary es afirmar que un grafo, no importa lo grande que sea, si está equilibrado, debe poder dividirse en dos subgrupos con las siguientes propiedades: las relaciones dentro de cada subgrupo serán positivas, mientras que las relaciones entre los dos subgrupos serán negativas. De manera que, en una red social basada, por ejemplo, en relaciones de solidaridad, que esté equilibrada encontraremos dos subgrupos cohesionados entre los cuales hay conflicto y antagonismo. En el caso más simple, en el que todas las relaciones son positivas, uno de esos subgrupos sería un conjunto vacío; pero en estructuras grandes y complejas no sería ese el caso, y la división en subgrupos podría poner de manifiesto importantes propiedades estructurales.
REDES SOCIALES Y GRAFOS
Una red social queda definida por un conjunto de actores sociales y por un conjunto de vínculos entre ellos, que se establecen en función de la relación particular que les une. El Análisis de Redes Sociales (ARS) se basa en la caracterización de las redes sociales así definidas como grafos.
Los grafos son un tipo particular de estructura que se usa para representar relaciones entre objetos. Esta estructura consta de dos partes: un conjunto de puntos y un conjunto de líneas que unen los puntos dos a dos. Lo característico de los grafos es que describen una mera estructura relacional, en la que, ni la posición de los puntos, ni la longitud de las líneas que los unen, constituyen un dato relevante. Lo que interesa son las propiedades de la estructura definida por las relaciones, y el campo de la matemática que estudia esas propiedades es la Teoría de Grafos.
La, tantas veces citada, solución propuesta por Euler en 1736 al problema de los siete puentes de Königsberg, es seguramente la primera prueba expuesta en términos matemáticos de la Teoría de Grafos que, mucho más tarde, a lo largo del siglo xx, se ha consolidado como rama de las Matemáticas orientada a la investigación operativa.
La aplicación de métodos procedentes del Álgebra o la Teoría de la Probabilidad, a la solución de problemas planteados en relación con los grafos, por una parte, y el estudio de tipos especiales de grafos –como los árboles, o los grafos extremales –, por otra, han definido diferentes sub-áreas en la Teoría de Grafos que han proporcionado un repertorio de conceptos, métodos y herramientas de análisis de las que se ha beneficiado el Análisis de Redes Sociales, y que han contribuido decisivamente a su desarrollo.
Hay que subrayar, sin embargo, que, aunque las aportaciones de la Teoría de Grafos y de otras ramas de las Matemáticas han sido, y son, determinantes para el estudio de las redes sociales, la selección de los actores y las relaciones que definen la red no es un problema matemático, sino empírico, y que la aplicación rigurosa de las herramientas de análisis es una cuestión distinta a la de la significación de los datos, que tiene que asegurarse por otros medios.